Había un hombre que odiaba a una zorra
porque le ocasionaba
algunos daños ocasionalmente.
Después de mucho intentarlo, pudo al fin cogerla, y buscando vengarse de ella, le ató a la cola una mecha empapada en aceite y le prendió fuego.
Pero un dios llevó a la zorra a los campos
que cultivaba aquel hombre.
Era la época en la que ya se estaba listo para la recolección del producto y el labrador siguiendo a la raposa, contempló llorando, cómo al pasar por sus campos, se quemaba toda su producción.
PROCURA SER COMPRENSIVO E INDULGENTE, PUES SIEMPRE SUCEDE QUE EL MAL QUE GENERAMOS,
TARDE O TEMPANO SE REGRESA
EN CONTRA NUESTRA.
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