Dormía plácidamente un perro en el portal de una casa.
Un lobo se abalanzó sobre él,
dispuesto a darse un banquete,
dispuesto a darse un banquete,
cuando en eso el perro le rogó que no lo sacrificara todavía.
- Mírame, ahora estoy en los huesos - le dijo -;
espera un poco de tiempo, ya que mis amos
pronto van a celebrar sus bodas y
como yo también me daré mis buenos atracones,
espera un poco de tiempo, ya que mis amos
pronto van a celebrar sus bodas y
como yo también me daré mis buenos atracones,
me engordaré y de seguro seré un mucho mejor
manjar a tu gusto.
Le creyó el lobo y se marchó.
Al cabo de algún tiempo volvió.
Pero esta vez encontró al perro durmiendo
en una pieza elevada de la casa.
Se detuvo al frente y le recordó al perro
lo que había convenido.
Entonces el perro repuso:
- ¡Ah lobo, si otro día de nuevo me ves dormir en el
portal de la casa, no te preocupes por esperar la bodas!
SI UNA ACCIÓN TE LLEVA A CAER EN UN PELIGRO,
Y LUEGO TE LOGRAS SALVAR DE ÉL,
RECUERDA CUAL FUE ESA ACCIÓN
Y EVITA REPETIRLA PARA
NO VOLVER A SER SU VÍCTIMA.
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