domingo, 1 de septiembre de 2013

30 - EL HOMBRE Y LA HORMIGA.

Se fue a pique un día un navío con todo y sus pasajeros, 
y un hombre, testigo del naufragio,
decía que no eran correctas las decisiones de los dioses,
puesto que, por castigar a un solo impío,
habían condenado también a muchos otros inocentes.

Mientras seguía su discurso, sentado en un sitio plagado
de hormigas, una de ellas lo mordió, y entonces,
para vengarse, las aplastó a todas.

Se le apareció al momento Hermes, y golpeándole 
con su caduceo, le dijo:

- Aceptarás ahora que nosotros juzgamos a los hombres
del mismo modo que tu juzgas a las hormigas.

ANTES DE JUZGAR EL ACTUAR AJENO,
JUZGA PRIMERO EL TUYO.
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