Se hallaba hambriento un lobo, y vagaba en busca
de su comida.
Llegó a una choza y oyó a un niño que lloraba
y a su nana que le decía:
- No llores, mi niño, porque te llevo donde el lobo.
Creyendo el lobo aquellas palabras, se quedó esperando
por mucho tiempo. Y llegada la noche, la nana,
cuando arrullaba al niño le cantaba:
- Si viene el lobo, lo mataremos.
Al oír el lobo las nuevas palabras, siguió su camino
meditando:
- En esta casa dicen primero una cosa, y después
quieren hacer otra muy diferente.
MÁS IMPORTANTE QUE LAS PALABRAS,
SON LOS ACTOS.
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